tag:blogger.com,1999:blog-25418840323633392592024-02-21T15:19:42.595+01:00Clan de FuegoAsimilhttp://www.blogger.com/profile/09874253472741136931noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-2541884032363339259.post-58491340998286052812011-12-31T11:53:00.000+01:002011-12-31T13:07:32.901+01:00Obligaciones<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Me voy, tengo trabajo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Eh, Lynx. ¿A dónde vas? A mi
nadie me ha dicho nada –preguntó Onca.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No tenemos por qué ir a todas
las misiones juntos, esta es pequeña, puedo ocuparme solo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El cuarto estaba completamente a
oscuras. No se veía nada, no era un lugar para gente que estuviese acostumbrada
a vivir con la luz del Sol. La gente normal era incapaz de moverse con soltura
en la absoluta oscuridad, con un bajo nivel de oxigeno en el aire, bajo tierra,
y con una humedad constante. No, la gente normal no podría dar más de dos pasos
sin caer o chocar con algo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los caballeros esclavos no eran
gente normal.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En la oscuridad solo contaba lo
que conocías, como habías dejado las cosas antes de volver, el eco de la voz
contra las rocas, la disposición y consistencia del suelo te avisaban que la
tierra se acababa y que empezaba un precipicio en medio de la impenetrable
oscuridad.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;">Se ató las botas, enfundó sus dos
espadas, preparó el arco y las flechas y cogió su petate, que luego metería en
las alforjas de su caballo, que le esperaba en los establos de la superficie.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Los caballeros esclavos eran
siervos de por vida de los Gobernadores. Gente a la que se le había perdonado
la vida a cambio de sus servicios. Aunque normalmente, quienes entraban a
formar parte de ese tristemente celebre cuerpo eran los hijos de nobles
traidores o de otros caballeros esclavos que aún no habían pagado por todos los
crímenes que se les acusaban. Cuando uno de estos guerreros era especialmente
valioso se le imputaban más cargos para que sus servicios fuesen perpetuos para
el Imperio. Aunque la mayoría obtenían indultos para que criasen una familia y
adiestrasen a sus hijos, con el fin de crear grandes caballeros esclavos a su
vez.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿No va a ir Wiedii contigo? ¿La
vas a dejar aquí sola, donde podría pasarle algo?- al parecer, Onca estaba hoy
con ganas de pelea. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Sabe cuidarse sola, y si
intentas algo… Mejor vigila lo que comes y bebes, y no duermas demasiado
profundamente –Lynx no respondió a su provocación –Además, está en una misión.
Creo que podré volver antes que ella.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Qué tienes que hacer? </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Unos idiotas han quemado una
taberna, han muerto algunos clientes. La guardia de Roble Fuerte cree que fue
Guren.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La risa de Onca fue mas de
incredulidad que de autentica diversión, aunque también.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Ese viejo? No me aguantaría ni
un minuto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Ni a mi, tranquilo, volveré
pronto.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Pardalis también está fuera ¿Qué
le digo cuando vuelva? ¿Cuándo vuelvan todos?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Lo mismo, que no tardaré.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lynx comenzó a andar. Onca estaba
solo en la base y se aburría de no tener trabajo. Normalmente era él quien se
encargaba de sofocar pequeñas rebeliones, adiestrar tropas, hacer de
guardaespaldas de algún noble importante y demás. El trabajo de Lynx era más
requerido. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;">Capturar a los criminales fugados
y llevarlos ante la justicia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El trabajo de los demás podía
variar, había veces que no paraban de realizar misiones para el Gobernador y
otras veces que estaban meses sin hacer nada. Wiedii, por ejemplo, no era una
de ellos, al igual que Lynx, estaba siempre entrando y saliendo de la base. Su
trabajo era el de espiar, colarse en fiestas de la mas alta nobleza,
interpretar el papel que se le daba, conseguir un poco de información por aquí,
verter un poco de veneno en una copa por allá, y cuando había que luchar,
eliminar sutilmente a quien fuese que hubiese que eliminar antes de que tuviese
tiempo para desenfundar siquiera.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Tras unos minutos caminando hacia
la superficie, subiendo escaleras la mayor parte, vió la luz del sol a lo
lejos. Esa luz al final del túnel estaba lo suficientemente alejada como para
que tuviese tiempo de acostumbrar la vista a la luz antes de salir. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Una vez estuvo fuera,
calmadamente y mirando al suelo dejó que sus ojos se habituasen a la luz del
mediodía.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Las botas de cuero se agarraban
bien en la roca que surcaba toda la entrada a la base. Iba vestido con una
armadura de placas de cuero tachonado, ligera, compacta, no le restaba
movilidad y le otorgaba cierta protección. Los ojos verdes y muy claros era lo
único que se veía de su cara. Llevaba una máscara que imitaba el rostro de
alguna especia de felino. La mascara era de hierro negro. Hacía las veces de
yelmo protector, pero en realidad era el rostro de todos los esclavos, privados
de su humanidad al llevarla. Así había sido desde la fundación del Imperio y nada
cambiaría esa tradición para con los esclavos. Tenía prohibido tener un nombre
propio y un rostro. No eran humanos, eran animales u objetos, nada más.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
A la espalda llevaba una de sus espadas, al
cinto otra, la más larga. En la espalda llevaba también el carcaj con flechas y
el arco. Se acercó a los establos, donde estaban los caballos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cuando respiraba, el sonido era
aterrador, como el resuello de una bestia encerrada. El aire era expulsado a
través de la pequeña rendija en la boca de la máscara, la cual estaba muy
disimulada en la forma de ésta. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La salida de la cueva daba a una
base militar donde había unos quinientos hombres como tropa principal. Ninguno
de los soldados se atrevía a entrar en la cueva donde los Caballeros Esclavos
se entrenaban y vivían. Sin ellos delante se atrevían a burlarse de ellos, dada
su condición de esclavos, pero con alguno cerca, era mejor estar en silencio.
Todos les temían, y en <st1:personname productid="la Regin" w:st="on">la
Región</st1:personname> todos habían oído alguna vez alguna historia sobre
algo que algún Caballero Esclavo había hecho. Aunque fuesen siervos, eran la
tropa que rivalizaba con la de élite del Gobernador de cada Región.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Lynx se acercó a su caballo, un
zaino castaño que era mediano, de patas finas, pero que era también el más
rápido de los caballos que allí había.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Cuando salió de la base, nadie
preguntó, solo abrieron la puerta y suspiraron, en ese momento solo quedaba un
Caballero Esclavo en el campamento. Tendrían que seguir llevando cuidado, pero
si salía de la cueva lo sabrían y no harían locuras mientras bebiesen que
pudieran enfadarle.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Entonces, me cuentas a donde
vamos?- Dana iba a caballo con alguna que otra dificultad. Era un caballo alto,
por lo que le costaba un poco llegar a los estribos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Si, claro. Vamos a reunirnos con
otro compañero- Guren iba a la cabeza de la pequeña columna, no hacía demasiado
calor y llevaba la capucha del chaleco puesta, algunos de sus mechones canosos
largos salían a relucir fuera, pero no muchos -Por cierto, tu chico sabe
luchar, ¿supongo bien?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Supones bien. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Aunque no uso el nori como ella,
prefiero la espada curva del sur, la cimitarra. El nori es un arma para
mujeres. –dijo Jil medio mirando el paisaje.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Esa arma fue la que llevaron tus
antepasados –respondió Dana.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Yo no soy mis antepasados, es
hora de modernizarse un poco.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Buena idea. Iremos a buscaros
ropa con la que podáis ir de incógnito. En Santa Julia nos espera nuestro
compañero. Le dejé allí atendiendo un trabajo mientras yo buscaba más miembros,
os gustará.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Qué trabajo? –preguntó Dana.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Una tontería, nada de gravedad.
Mirad, ahí está la ciudad.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No es muy grande –dijo Jil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Bueno… es mas un pueblo grande
que una ciudad, pero eso da igual ahora, os presentaré a Isirion, debe de estar
en la posada en la que estuvimos alojados.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Guren aceleró el paso de su caballo
y los dos cavernarios le siguieron el ritmo unos minutos. Ya estaban más o
menos cerca de la entrada de la ciudad. Cuando llegaron, no había nadie, solo
el murmullo del viento entre las casas. Aún así entraron en la calle mayor del
pueblo. No había un alma. Santa Julia era una ciudad comercial próspera y no
era ninguna fiesta conocida ese día ¿Qué motivo entonces había llevado a todos
los habitantes a desaparecer de la calle y de sus puestos de trabajo, los
cuales estaban simplemente cerrados?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La respuesta vino sola, un joven
muchacho cruzó la calle a unos cuantos metros de los tres aventureros. Guren se
acercó a preguntar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Muchacho. ¿Qué pasa aquí? ¿Dónde
está todo el mundo?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Es la boda de la hija del
Alcalde de la ciudad. Ha invitado a todo el pueblo. Estaba muy contento cuando
lo anunció ayer.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Y eso? –preguntó Jil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Su hija es horrenda, mi madre
dice que es un milagro que alguien haya accedido a casarse con ella. Y dicen
mis amigos que sus padres les han dicho que quien se va a casar con ella es un
hombre alto, que viste con túnicas raras, que lleva coleta alta y unas espadas
muy raras, pero que a pesar de eso es normal y que nadie lo entiende. He visto
a la hija del Alcalde, es más fea que el culo de mi perro.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Nos ha quedado claro, chico.
Dinos donde es. Veremos si encontramos allí a un amigo. –dijo Jil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Es en la gran iglesia del
pueblo, al final de esta calle, no tiene perdida.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Gracias chiquitín –dijo Dana.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Continuaron su camino por la
calle mayor y el niño cruzó para reunirse con sus amigos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwaJeQJ9RzTSBemu-yiQ4mPdBDv7UJwhPvfPrA_IN2UHief0Cq3RTbg-bDL8z2wAltA4oqq2EzCPzS0zXzncKO7QrjwZlCCt5iYr9a86Uu7zZAsqv3js_mZ6fPgPGRvXdWQSMPrNhAZRI/s1600/escena1+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwaJeQJ9RzTSBemu-yiQ4mPdBDv7UJwhPvfPrA_IN2UHief0Cq3RTbg-bDL8z2wAltA4oqq2EzCPzS0zXzncKO7QrjwZlCCt5iYr9a86Uu7zZAsqv3js_mZ6fPgPGRvXdWQSMPrNhAZRI/s640/escena1+%25281%2529.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i><span style="font-size: small; text-align: -webkit-auto; text-indent: 47px;">La respuesta vino sola, un joven muchacho cruzó la calle a unos cuantos metros de los tres aventureros.</span>
</i></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;">Al llegar al final de la calle
llegaron a la gran iglesia. Era como una pequeña catedral, con grandes
escalones que formaban un gran semicírculo alrededor de la iglesia. Subieron
por ellos para llegar a las puertas. Estaban abiertas y se oía el murmullo de personas
en el interior. Cuando entraron, Dana y Jil se encontraron con una autentica
ceremonia de matrimonio de gente de Gozen. Gente vestida con sus mejores galas,
todos sentados correctamente en los largos bancos de madera que iban de lado a
lado en la gran estancia. Habría fácilmente mil personas allí congregadas. La
visión de Guren era bien distinta. Se fijo ante todo quien era el novio de la
famosamente fea hija del Alcalde. Se trataba ni más ni menos que de Isirion. Un
sudor frío comenzó a recorrerle el cuello. ¿Como había pasado eso? Solo tenía
que obtener información de la chica, no casarse con ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se apartó de los dos cavernarios
y se acercó al altar, donde esperaba solo el novio.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Isirion, ¿Qué cojones haces
aquí? – le habló entre susurros.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El joven y extraño guerrero se
giró sonriente al oír la voz de su compañero.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Las cosas se han complicado un
poco. Me dijiste que tendría que hacer feliz a la chica para que me diese los
mapas de su padre de la zona de <st1:personname productid="la Meseta Central." w:st="on">la Meseta Central.</st1:personname></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¡Eso no me explica por qué coño
estás a punto de casarte con ella!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Ella dijo que lo que le haría
más feliz que nada era casarse. De modo que pensé que la forma de asegurarnos
que nos diese los mapas era casándome con ella, así no podría negarse.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Guren negó mientras lo miraba a los
ojos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Estas loco, definitivamente.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Te prometí que obtendría esos
mapas a cualquier precio.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¡Si te casas con ella tendrás
que quedarte aquí! ¡Maldita sea! ¡Y encima a lo mejor ni siquiera te los da!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-En eso te equivocas. Los tengo
aquí, mira –metió una mano dentro de su túnica y los sacó un poco, lo justo
para que Guren los viera.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El viajo aventurero guardó
silencio un instante, asimilando posibilidades.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Genial, un poco de suerte, ahora
nos vamos con disimulo y aquí no ha pasado nada.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Pero le hice una promesa y tengo
que cumplirla, mi honor…</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No no, no, no, tranquilo, te
explico. Ella es la hija de un Alcalde, y tú ni siquiera eres de <st1:personname productid="la Regin" w:st="on">la Región</st1:personname>, eres de <st1:personname productid="la Regin" w:st="on">la Región</st1:personname> rival a esta de
hecho, si te casas con ella, será una deshonra para toda su familia y su estirpe
por generaciones. Tu honor te impide casarte con ella, debes protegerla de tal
deshonra.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El horror se dibujó en el rostro
de Isirion mientras asmilaba esa nueva información.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Oh, demonios. He estado a punto
de deshonrar a toda una estirpe. Mis antepasados perdonarán que rompa mi
promesa si protejo el honor de la joven Cecilia y de su linaje yéndome de aquí.
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Si, sin duda te perdonarán, y le
has dado unos momentos de gran felicidad, lo que bien vale esos mapas, asunto
zanjado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Tu crees?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Seguro, confía en mí, ¿te
mentiría yo?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Disculpe, señor, ¿pero quien es
usted? – detrás de Guren había un hombre rollizo, de un mostacho generoso que
iba de lado a lado de la cara y se rizaba un poco en los extremos. Era medio
calvo y su traje negro a botones a penas podía retener su prominente barriga.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Un amigo del novio, lo siento
mucho, pero tengo que llevármelo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No os preocupéis Alcalde. No os
deshonraré a vos ni a vuestra hija, y tampoco a toda vuestra casta. Desconocía
que perteneciéramos a Regiones rivales.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Guren no le permitió seguir
hablando, lo cogió del brazo y comenzó a arrastrarlo a la salida casi por la
fuerza. Isirion le seguía difícilmente durante los primeros pasos, pero luego
fue a su ritmo, aun cogido como si fuera una niña llevada de la mano por su
madre enfadada.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No hay Regiones rivales entre si
en el Imperio… -dijo para si el Alcalde. Cuando se dio cuenta de que pasaba,
gritó -¡Cogedles! ¡Se llevan al novio! ¡Mi hija se va a casar hoy!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
La reacción fue instantánea. Todo
el mundo se giró en sus asientos para mirarlos. Dana y Jil aun estaban en la
puerta y se habían dado cuenta de qué ocurría.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¡Corred! –gritó Guren.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
No pensaron, solo actuaron.
Isirion corrió a la par que Guren hasta llegar a la puerta. Dana y Jil habían
salido corriendo instantes antes y ya estaban uno a cada lado de la puerta. En
cuanto salieron los otros dos comenzaron a cerrar las puertas de la iglesia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿No hay nada para atrancarlas?-
preguntó Jil dejándose llevar por el acelerar de su corazón.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No hay tiempo. ¡Corred! –volvió
a gritar Guren. Los caballos seguían atados en el poste de la tienda que estaba
al lado de la iglesia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Todos montaron en sus caballos
menos Isirion, que los miró extrañado y estos a él. Había más caballos atados
además de los suyos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Qué haces? Coge un caballo y
síguenos. –le espetó Guren.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No voy a robar un caballo, mi
honor se vería mancillado.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Esto no me puede estar pasando.
– Guren desmontó – Monta en el mío, yo les explicaré la situación.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="text-indent: 35.4pt;">Isirion pareció mostrarse
conforme, subió al caballo de Guren y los tres jóvenes salieron al trote por la
calle mayor hasta la salida de la ciudad. Cabalgaron unos minutos más a una
buena velocidad. Cuando creyeron estar a suficiente distancia de la ciudad se
detuvieron. Minutos después apareció Guren montando otro caballo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Se lo has explicado? – Preguntó
Isirion.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Si claro, el Alcalde lo ha
comprendido perfectamente, incluso me ha regalado su caballo como
agradecimiento. Ahora salgamos de aquí. –Guren no esperó respuesta, solo
emprendió un galope ligero para adentrarse en el bosque que estaba a las
afueras de Santa Julia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Dana se puso a la altura de
Guren. Isirion y Jil comenzaron a hablar unos metros atrás, lo que dio la
oportunidad a Dana de hablar con Guren sin temor a ser escuchada por los otros
dos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-En cuanto nos fuimos robaste ese
caballo y le has mentido a Isirion ¿Cierto?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿De verdad te hace falta
preguntarlo?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No, es que me gusta oír mi
propia voz destapando mentiras ajenas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Si se lo dices es capaz de
volver y casarse.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-No he dejado Roble Fuerte para
que mi aventura se acabe tan pronto. Los cavernarios tenemos un concepto
diferente de la mentira que los de Gozen.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-¿Y cual es?</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Que si el que miente es otro,
nosotros no tenemos por qué desmentir nada si no nos beneficia. Allá tú con tu
conciencia. Y si Isirion no sabe ver a través de una mentira es que no merece
saber la verdad.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Ya veo…</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
-Sigue haciendo que me lo pase
bien como hasta ahora, y seguiré pensando así.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Guren y Dana sonrieron en ese
instante de pequeña complicidad y rieron.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Iba a ser un viaje interesante.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>Davhttp://www.blogger.com/profile/10563025348473426715noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2541884032363339259.post-56563784324009426722011-12-13T19:25:00.001+01:002011-12-31T11:54:36.545+01:00La bailarina cavernaria<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En las tabernas de Roble Fuerte no suelen haber espectáculos. La gente va y viene. Toman cervezas y cenan. Duermen si el viaje que están emprendiendo es largo y si no solo echan una cabezada en la misma mesa al lado del fuego.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la Taberna de Ross, El Galgo Flaco, nada era como en las demás. La comida era la mejor. Las habitaciones, las mejores. Los clientes no armaban barullo, pues conocían a Ross. Era un hombre fuerte, algo gordo, pero una de esas personas con las que nadie tiene ganas de pelea. Calvo y barbudo, ojos marrones y nariz ancha y chata, seguramente por todos los puñetazos que habrá tenido que llevarse a lo largo de su vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En El Galgo Flaco también hay un espectáculo muy famoso en toda la ciudad de Roble Fuerte. Hace un año que allí se aloja una bailarina exótica. Según se cuenta, actúa a cambio de comida y cama en la taberna. Es un buen trato. Atrae clientes y así Ross llena el local. Sin embargo, muchos viajeros cometen el error de considerarla una prostituta. No ha sido solo una vez en que Ross ha tenido que moldear un mapa en la cara de alguien al intentar llevarse a la chica a su habitación en contra de su voluntad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El espectáculo suele comenzar pasada una hora desde el anochecer. La joven, con extraños ropajes que dejan tozos de tela sueltos al moverse, baila al son de tambores y flautas. El fuego siempre está encendido en la chimenea de la taberna cuando ella baila. Solo el fuego. Las lámparas de aceite se apagan para ese momento. Dicha iluminación genera tras la muchacha unas sombras mayores que ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esa noche en concreto era especial. En la fiesta de la caverna, que según cuenta la leyenda, era en ese día cuando los bárbaros cavernarios se unieron al Imperio de Gozen, en la taberna se hacía un espectáculo conmemorativo. En dicho espectáculo la bailarina iba con algunas pieles sin curtir como ropa. Los tambores eran troncos huecos de madera golpeados con huesos de animales. Las flautas eran de madera y hueso. Todo ello junto al pequeño coro de la capilla, que Ross había contratado para esa noche, daría unos muy buenos beneficios. La taberna estaba a rebosar. El silencio inundaba todo el comedor hasta que empezó el baile.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El baile comenzó. Todos los clientes, que en su mayoría eran extranjeros que venían de viaje por cualesquiera que fuesen sus motivos, solo podían mantener el aliento mientras la joven bailaba. El violín, el instrumento más caro y preciado de Ross, lo tocaba su pequeña hija con una maestría igualada por pocos. La chiquilla tenía a penas unos quince años, pero dominaba su arte como el mejor espadachín de Altocuerno su estocada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A los pocos segundos del violín, entraron en escena las flautas, y ya por último la percusión. Sus movimientos, sincronizados a la perfección con la música, eran rudos, salvajes y brutales, tal y como pretendía desde un principio. Imitaba bailes más antiguos que las grandes canciones y los primeros escritos que los cavernarios inventaron como danzas de guerra, de fertilidad y de honra a los muertos. La muchacha era una de los cavernarios que fueron convertidos en imperiales también.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su pelo era oscuro, difícil de discernir el autentico color con la luz que había. Era pálida y también pequeña, de metro y medio aproximadamente. También era rápida en sus movimientos. Mucha destreza era la necesaria para realizar tales movimientos en sincronía con la música sin perder un solo paso. Algunas pulseras y collares adornaban su cuerpo, así como los pendientes. Sus ojos eran oscuros a la tenue luz del fuego, pero probablemente no fuesen marrones.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" height="454" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitZZQkhCOdC8bwePXcVHVPtH4wipbl3jg55Y0c-r2RMzeSwIV0fJb6LEYrj_bQ4XHz5uM5M2qNEZ-yP7eqVBK9qJckU5B_WJvci_8yrraR7W1sVd4Q4VzVk6zD-RVn0lcXBdYUBD1aSAY/s640/dana+bailando+copia.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="640" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">El fuego siempre está encendido en la chimenea de la taberna cuando ella baila.</span><br />
<span style="font-size: small;">Sólo el fuego.</span></td><td class="tr-caption"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></td><td class="tr-caption"><br /></td><td class="tr-caption"><br /></td><td class="tr-caption"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entre los clientes que observaban absortos el espectáculo, uno destacaba. Miraba atento cada movimiento mientras bebía su cerveza. Sabía de esos movimientos. No eran solo un baile, eran un estilo de lucha cavernario. La joven demostraba dominarlo, pero también se apreciaba un cierto refinamiento, propio tal vez de los años pasados entre gente de la ciudad. Podía pensar todo ello solo con ver moverse a la joven. Era habíl, probablemente supiese manejar muy bien el arma de los cavernarios. Un cuchillo largo y curvo que llamaban nori. Requería de mucha habilidad para manejarlo con precisión. El arma medía entre los cuarenta y los cincuenta centímetros de recorrido de la hoja, ignorando la curva, se quedarían entre los veinticinco y los treinta centímetros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los cavernarios no usaban grandes armas porque nunca habían tenido armaduras que penetrar hasta que el Imperio de Gozen llegó a sus tierras. Ahora, sin embargo, la mayoría de los cavernarios había adoptado las costumbres de sus visitantes y ahora señores. Se habían modernizado en gran medida, acondicionando sus cuevas al estilo de vida de Gozen, vistiendo sus ropajes y guardando los antiguos solo para rituales y danzas espirituales importantes. El Imperio de Gozen no había obligado a los cavernarios ni a abandonar su estilo de vida en cuevas ni a cambiar de deidad o costumbres. A cambio de todo lo que les ofrecieron, el Imperio solo quería acceso a sus minas. En el territorio cavernario se hallaban los mayores depósitos naturales de diamantes y oro. Tras veinte años de trabajo conjunto, unos modernizándose y otros enriqueciéndose, el Imperio era cada vez más fuerte, tanto económicamente como militarmente, pues los jóvenes cavernarios, deseosos de conseguir una armadura y experiencia en combate, se alistaban en el ejército imperial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El baile terminó mientras el viajero terminaba a su vez su cerveza. Se levantó de su mesa y habló un instante con el posadero. Ross lo miró iracundo al principio, pero cuando el extraño le pasó la bolsa llena de monedas se relajó y le dejó subir a la habitación la que acababa de pagar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Así que eres una cavernaria? – preguntó el hombre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Vestía ropajes de cuero endurecido, al parecer era un aventurero. Su rostro estaba surcado por algunas arrugas, era mayor, su pelo era canoso, pero no llegaría a la cuarentena de años todavía. Su nariz era pequeña pero afilada, sus ojos eran azules y tenía una cicatriz en la mejilla dispuesta diagonalmente desde la nariz hasta el eje de la mandibula. En su habitación, además de las alforjas del caballo donde almacenaba su equipaje, tenía algunas armas cerca. Una espada larga, un par de puñales curvos, arco con aljaba de flechas y una pequeña maza. Estaba sentado en la silla, justo al lado de la mesa de su habitación. La chica que había bailado abajo ahora lo hacía para el extraño. Ross le había prometido la mitad del oro que el viajero le había dado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Tanto se nota? – no fue siquiera necesario entonar para la ironía. No dejó de bailar mientras hablaba. Lo hacía sin música, pero solo bailaba. Sus caderas se movían de extrañas pero atrayentes maneras. Sus muñecas hacían lo propio. Parecía como si un grupo de serpientes se hubiesen puesto de acuerdo para convertirse en persona para bailar así.</div>
<div style="text-align: justify;">
-En realidad no. Conozco a algunos de los tuyos y he visto vuestras danzas.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Hombre afortunado…- contestó la chica.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Pero bailas mucho mejor que las mujeres que vi la última vez en las tierras cavernarias. –dijo echando un trago de su pellejo de vino.</div>
<div style="text-align: justify;">
-No vas a conseguir que te acompañe a la cama, espero que lo tengas claro.- contestó de nuevo fríamente.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Y eso? ¿No soy tu tipo? – medio sonrió el hombre.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Exacto, eres un hombre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se dobló un poco como parte del baile, haciendo en alguna ocasión un ángulo de noventa grados en su vientre.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Te gustan las mujeres entonces.</div>
<div style="text-align: justify;">
-No. Me gusta lo que yo elijo que me guste. No me acuesto con quien me paga, en Gozen tienen un nombre para esa gente y yo no soy una.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Puedo no pagarte si lo prefieres.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Cuánto crees que tardaría en irme de aquí entonces? Me pagas para que baile para ti, solo eso. Si quisieras algo más no lo haría ni borracha.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su baile no se detenía en instante alguno. Solo el recuerdo de cómo era la música le valía para seguir a la perfección el baile. Probó algún que otro movimiento nuevo, así no se arriesgaría a probarlos delante de más gente, no volvería a ver a ese tipo en su vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Tienes una lengua afilada. – la miró de arriba abajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Haz lo que estás pensando y verás que mas cosas tengo afiladas…</div>
<div style="text-align: justify;">
-Tranquila, no pienso hacer ninguna tontería. Me llamo Guren. ¿Cómo te llamas tú?</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Crees que sabrías pronunciarlo?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Prueba a ver- dijo el hombre tranquilo y aun bebiendo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Eso provocó una ligera sonrisa en la muchacha.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Daveliriasanacarieldana.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Joder… tú ganas. –río el hombre. Ella también sonrió a la vez que se deba la vuelta siguiendo con su baile, ahora contoneaba las caderas algo más exageradamente que antes.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Llámame Dana. Es lo que hace todo el mundo por aquí.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Gracias, mucho mejor así, Dana.</div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre hizo una reverencia, solo con la cabeza y aún sentado. Luego bebió algo más de vino.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Tanto te interesan los bailes de mi pueblo que me haces venir para bailar para ti en privado?</div>
<div style="text-align: justify;">
-En realidad no me importan mucho los bailes. Pero por como te mueves, he visto que no eres una simple bailarina.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Oh?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Debes de ser una especie de guerrera. Tus movimientos so los de un guerrero, pero los adaptado a tu baile, lo que implica que los conoces y dominas. ¿Cómo se llama ese estilo de lucha?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Asuk nori.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Ya veo. Pues como te decía, me he dado cuenta de que eres en realidad más guerrera que bailarina… y me gustaría ofrecerte una especie de trabajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Recuerdas las cosas afiladas de las que hablamos antes?</div>
<div style="text-align: justify;">
El tipo sonrió de nuevo, la chica tenía carácter.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Lo recuerdo. Solo quiero que me acompañes en mis viajes. Soy aventurero, por decirlo de algún modo, y necesito compañeros.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Eres algo mayor para eso, ¿no tienes ya compañeros?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Tenía. Algunos se casaron, otros murieron y otros simplemente se retiraron para tener una vida mas tranquila. Yo era el mas joven de mi grupo, por lo que aun tengo algo de energía que quiero quemar.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Según he oído, los aventureros son mercenarios que aceptan cualquier cosa que encuentran, y eso funciona cuando deciden pagaros, porque la mitad de las veces no suelen hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Bueno, es cierto que no es la más fácil e las vidas, pero es la más emocionante.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Aquí como tres veces al día y duermo a resguardo.</div>
<div style="text-align: justify;">
-No eres solo una bailarina, eres una guerrera, y veo en tus ojos las ganas que tienes de sentir algo nuevo, de tener una buena aventura que contarles a tus antepasados cuando te reúnas con ellos.</div>
<div style="text-align: justify;">
La chica sonrió al oírle hablar, aun sin dejar de bailar.</div>
<div style="text-align: justify;">
-No creas que sabes tanto sobre mi cultura. Y ya no somos tan supersticiosos. Muchos se han convertido a los dioses de Gozen.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Pero tú no… ¿Me equivoco?</div>
<div style="text-align: justify;">
-No, pero vivo muy bien aquí, no tengo una gran necesidad por irme. Y no me iría sola en todo caso.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Tienes a alguien que te retenga aquí?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Si, vivimos bien y fácilmente, es difícil renunciar a eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
La chica se detuvo lentamente hasta parar por completo.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Se acabó el baile, Guren. El oro que prometiste.</div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre, algo resignado le tiró una bolsita con momeadas que tintinearon al tirarlas y al caer en la mano de la chica, que la atrapó hábilmente.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Piénsatelo en cualquier caso.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Lo haré, pero no te prometo nada. Un placer hacer negocios contigo.</div>
<div style="text-align: justify;">
La chica salió por la puerta y Guren se quedó mirando el picaporte de madera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMb_aI-euyXBa46LnE4Bzb0CcgM-i_TNhyP8zmTPgPqdg1wcNjeClreBloSn-GhwrQQqeZfGWYaKSwCCPNtijFbmA9ZCEgID6-PJtWA3XUsDBWBMbyZfFAgbW7xwEzBPuOaaiKNpnTgao/s640/posada+ross1.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="441" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">En la taberna de Ross, el Galgo Flaco, nada era como en las demás.</span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dana dormía, como siempre pasada la media noche. Estaba acompañada, como cada noche. El chico se llamaba Jilvariadarionamaruk, pero todos le llamaban Jil. Era otro cavernario. La había acompañado desde su tierra natal. Vivía en la posada como cocinero y friegaplatos, que se había negado a bailar junto a su compañera. Era delgado, tenía el pelo largo, castaño muy claro. Los dos jóvenes estaban por la veintena, pero Jil era más joven que Dana, aunque no mucho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fue precisamente este quien despertó primero. El olor del humo y los gritos desde la calle le despertaron.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Dana, despierta- le dijo agitándola por el hombro.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Qué quieres…?- su voz era aún algo ronca por el sueño.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Parece que hay fuego.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Qué va a haber fuego? Estabas soñando… duérmete otra vez.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Que no, de verdad, oigo a la gente gritar. ¡Vamos!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dana se levantó a regañadientes. Jil estaba ya vistiéndose. Al poco tiempo, el humo comenzó a filtrarse por debajo de la puerta. Apenas les dio tiempo a coger sus armas y poco más de su ropa. El fuego debía estar tocando ya a su puerta, pues al intentar girar el pomo Jil apartó la mano. El pomo estaba tan caliente como un carbón al rojo, o eso le pareció. No era buena idea abrir la puerta. Se alejó de la puerta y miró por la ventana. Justo debajo había un toldo y un abrevadero para caballos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Iba a doler.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Dana, hay que saltar.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Qué? Ni de broma.</div>
<div style="text-align: justify;">
-No podemos salir por la puerta, ¡está todo ardiendo!</div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Pero…! Maldita sea…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante su resignación, Jil saltó primero.</div>
<div style="text-align: justify;">
Rompió los cristales al traspasar la ventana, lo que le provocó algunos cortes, pero nada de gravedad. Rodó por el toldo y cayó en el abrevadero.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aún en el cuarto, Dana miró la ventana atónita. ¿En todo ese tiempo no le había dicho a Jil que la ventana se podía abrir?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Con razón Gozen nos conquistó sin una sola batalla… - negó para sí antes de saltar. Ya no había peligro, Jil se había llevado todos los cristales consigo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Saltó, rodó y cayó en el abrevadero. Salió empapada. Los dos jóvenes cavernarios iban solo con ropa de lino, muy propia para dormir en las tierras del Imperio. Justo delante de ellos, cuando salieron del abrevadero, les esperaba Guren, y</div>
<div style="text-align: justify;">
detrás de él mucha más gente, curiosos y temerosos, todos juntos observando como la taberna más famosa de Roble Fuerte ardía hasta los cimientos.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Te lo has pensado ya? –preguntó Guren a espaldas de Dana. Ella se giró y lo miró un instante. Soltó un suspiro y negó para sí.</div>
<div style="text-align: justify;">
-No me lo puedo creer…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Davhttp://www.blogger.com/profile/10563025348473426715noreply@blogger.com0